Laos es un destino destacado en la cultura de turismo mochilero por situarse en el corazón del sudeste asiático, compartiendo frontera con Tailandia, Camboya, Vietnam y Birmania. Con una población de apenas 6 millones de personas, este país ha sufrido las desgracias de la “guerra secreta”, siendo como consecuencia indirecta de la guerra de Vietnam uno de los lugares más bombardeados del planeta. 

Pese a lo vivido hace unos 50 años, parece que sus gentes han sabido reponerse y tienen una actitud totalmente abierta y acogedora con los extranjeros (supongo que rencor no conduce a ningún lugar más que al lado oscuro). Prueba de ello son estos regalitos de aluminio fabricados con restos de las bombas caídas y aportando, como dice el cartel, “un nuevo significado”.

Empiezo el tour de Laos por Luang Prabang, al noreste del país. Probablemente la ciudad que más me ha gustado de Asia. Fuertemente marcada por un estilo francés derivado de la época colonial en la que el país estuvo controlado por los gabachos, Luang Prabang fue declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad en el año 1995.

Después de una carrerita mañanera, aproveché para tener una clase de Yoga en el bar Utopía viendo despertar al Mekong, que buena manera de amanecer!

Yoga class at Utopia bar, Luang prabang, Laos
Por el día es una gozada pasear por sus tranquilas calles, visitar el museo nacional o incluso alquilar una moto para conocer una de las cataratas cerca de sus alrededores.

Aquí tuve la oportunidad de participar en un curso de cocina laosiana, típicamente asiática pero bastante diferenciada de la comida india y tailandesa por lo cerrado del país. La experiencia es muy recomendable porque además de enriquecer mi incipiente técnica culinaria, nos llevaron a visitar el mercado local de la ciudad, donde se puede probar la materia prima y conocer las propiedades de cada ingrediente de la mano de los mercaderes locales.

El atardecer desde río Mekong merece la visita a la ciudad y por la noche se monta un Night market donde los turistas podemos comprar regalitos y cenar en cualquiera de los puestos de Street food, la comida es impresionante y aquí sí, por fin, con bien de picante!

Una ciudad bastante accesible y que recomiendo a todo el que quiera sumergirse en el sudeste asiático pero con cierto orden y limpieza. 

De aquí bajo hacia el sur, esto es sólo el principio de Laos, nos seguimos leyendo!

P.D. Mi frecuencia de posts ha bajado porque en Laos el wifi es un bien preciado y dificil de encontrar, prometo intentar actualizar lo antes posible!