Después de cerca de 4 maravillosos meses buscando mi chanclo por Asia, salto el charco para tratar de recorrer de punta a punta América del Sur, haciendo una parada técnica en New York City para visitar a Miguel Angel y cerciorarme de que Clemente empieza bien su nuevo año en el exilio.
Nueva York es… lo que se ve en las pelis. Guardo vagos recuerdos de cuando visité con mis padres esta metropolis allá por el año 2000 y aunque supongo que la ciudad ha cambiado (coño, las torres gemelas pasaron a mejor vida), la esencia americana no sólo pervive sino que se ha expandido aun más.
Aquí puedes hacer absolutamente de todo, desde escuchar “La macarena” de los del Rio en pleno Times Square hasta probar a las 5 de la mañana en el Five Guys la que dicen que es la hamburguesa favorita de Obama.
Impresiona ver los huecos que han convertido la Zona 0 en el memorial del 11 de septiembre, justo al lado de Wall Street y cerca de las ex oficinas principales de Lehman Brothers, ambas instituciones tan culpadas por la crisis económica que nos azota desde el 2007.
Dentro de este caos urbanístico que puede poner en apuro a cualquier epiléptico a su paso por los famosos leds de la calle 42 con la sexta avenida, la ciudad me ha permitido conocer la prestigiosísima universidad de Columbia, el nuevo barrio hipster de Brooklyn (algo así como el malasaña de Madrid), correr a 7 bajo cero en Central Park siguiendo las recomendaciones de mi hermano y, lo mejor, perderme por Harlem para acabar en una misa Gospel y comprobar la fuerza con la que algunos viven la fe.
Pero lo que más me ha decepcionado es esa esencia americana que impera en la ciudad. No es fácil encontrar bares típicos que no sean grandes cadenas y parece que los transgénicos han llegado para quedarse, pues una pera tiene el mismo sabor que una manzana y si me apuras, que un tomate.
En fin, espero que en Europa (o al menos en España) seamos conscientes del riesgo de implantar un modelo 100% americano; al menos yo, quiero seguir disfrutando de nuestra caña y pincho de tortilla en el bar de debajo de casa.
Dicho esto, retomo mi viaje, nos leemos desde Colombia!
Buscando mi chanclo 
Grande hermano! Això es molt bonico pero no veo tu chanclo por allí, aunque hayas tenido que correr a -7 para buscarlo… seguro que Colombia te acoge más cálidamente papi 😉 Disfruta!
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No se te ve nada mal hermano. A seguir disfutando de la experiencia. NEXT STOP!
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demasiado bullicio para un sherpa como tu!!
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