CUSCO Y ALREDEDORES: GRACIAS PERÚ!

Qosqo (siguiendo la denominación en quechua de la contemporánea Cusco o Cuzco), situada en el centro de los 4 suyus que dividieron el imperio Inca, fue la flamante capital de esta civilización que dominó durante más de 3 siglos gran parte de América del Sur.

Hoy en día es mundialmente conocida por ser la ciudad turística que abre las puertas a Machu Picchu, pero el Cusco tiene mucho más. La propia ciudad presenta un perfecto diseño, manteniendo el dificil equilibrio entre calles adoquinadas y cultura prehispánica, servicios para gringos (cafeterías, discotecas, agencias de viajes, etc), vida local y una gran gastronomía que se adapta a todos los gustos y presupuestos.

Vigilada de cerca por Manco Capac, primer líder Inca, en Cusco se puede visitar (entre otros) el templo de la luna (ruinas Incas que según los locales llenan de energía a la ciudad), el mirador de San Cristobal, el bohemio barrio de San Blas con el curioso museo de la Coca (muy interesante, por cierto) y degustar una de las comidas más valoradas en el mundo: la peruana.

Highlights of Choquequirao

Ávido de probar cosas nuevas, tuve la oportunidad de disfrutar de un curso de cocina aprendiendo a crear (y por supuesto, degustar) la causa cusqueña, el saltado de seitan y unos picarones.

Pero Cusco no sólo es ciudad! Junto con mi nuevo mejor amigo Sylvian, montamos una expedición para visitar Choquequirao, o la que dicen que es la hermana de Machu Picchu. En 4 días de dura travesía (otra vez, cargando comida, tienda de campaña, saco de dormir, etc.) se puede visitar estas poco explotadas pero enormes ruinas incas que vistas desde arriba presentan una extraña forma de llama.

Localizado a 3300 metros sobre el nivel del mar y a unos 1500 metros sobre el temeroso río Apurímac, parece ser que Choquequirao fue el último refugio Inca a partir de 1536. Choquequirao proviene del quechua Choque (oro) y k’iraw (cuna), osea: la cuna del oro. En teoría, Hiram Bingam atravesó esta ciudadela en búsqueda de la bandera del imperio Inca pero la desechó y dejo olvidada a cambio de Machu Picchu.

Y que gran noticia ha supuesto para mí esta confusión porque gracias a la escasez de infraestructuras turísticas pudimos disfrutar de una visita en solitario; y lo mejor, plantar nuestra tienda de campaña en las ruinas, sintiendo la energía de rocas incas y de la pachamama (madre tierra) bajo un cielo estrellado (hay rumores sobre la creación de un teleférico directo hacia las ruinas, lo que parece ser que supondrá un brusco cambio de la perspectiva turística de esta zona en unos años).

Dos semanas en Cusco y alrededores me han servido para conocer con mayor profundidad la vida local y sentir este gran país. Me voy de Perú, no sin antes conocer la bullociosa Lima en la que pude consumar mi regalo de cumpleaños: cena en uno de los top ten de Perú regada con un buen Pisco Sour. Muchas gracias por el regalo familia, no todo va a ser penar!

YUSULPANKI (gracias en quechua) por este mes, Perú, aun me queda mucho por conocer, volveré!

Machu Picchu, Perú

Y ahora si que sí, vamos par Chile, la ultrafiord nos espera!

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